Nací ángel,
diseñada para volar alto y lejos, pero crecí entre humanos. Estos encadenaron
mis alas impidiéndome el vuelo, condenándome a vivir como ellos, arrastrados
por el suelo de la desilusión y la hipocresía.
Cada vez que intentaba deshacerme de ellas me
ponían más cadenas hasta que un día...me rendí.
Durante años
viví como ellos, infeliz y desilusionada de todo y de todos los que me
rodeaban....eso no era vivir.
Un día llegó
un ángel del cielo que se percató de mi ausencia allá arriba, bajó, rompió mis
cadenas y me enseñó a volar. Al principio me costaba, tantos años sin ellas que
ya sólo me parecían un peso inútil, pero llegó el día en el que al fin, pude
alzar el vuelo y pude contemplar el maravilloso cielo de sueños, alegrías e
ilusiones.
Al fin...
pude vivir de verdad y lo sentí por aquellos humanos que, llenos de sueños, se
rinden creyendo que son incapaces y si tan sólo alzaran la mirada al cielo....